miércoles, 11 de noviembre de 2009

Rumbo a la isla de Afrodita...


Pues sí! Me voy a Chipre!! Donde se supone nació la diosa del amor, la pasión, el sexo, el instinto...no siempre ha sido bien vista en el Olimpo... Espero que el mar y la sal curen las heridas y el sol me despierte un poco de mi letargo otoñal. Invocaré a Afrodita y esperaremos el milagro...jaja.

El caso es que el otro día pensando en todo esto me dio por recordar la cantidad de gilipolleces que te llegas a oír un sábado noche de tíos cuya única intención es acostarse contigo. Algunas suenan más verosímiles y otras son pasteladas infernales que no hay quien se trague, pero todas tienen el mismo objetivo y es importante recordarlo. En el momento en que te pillan débil y te las crees un poco...estás perdida. No digo que tener una noche de sexo sea mal objetivo, sólo que algunos se equivocan de medio a medio cuando piensan que diciéndote estupideces sacadas de comedias románticas yanquis van a ganar puntos... Desde los que te dicen que nunca han conocido a nadie como tú con la mirada fija en tus tetas, pasando por los que te prometen que no buscan sexo mientras te invitan insistentemente a su casa, siguiendo por los que te mandan mensajitos contándote que les encantas y te doran la píldora continuamente, para terminar con los que te susurran que querrían que el tiempo se detuviera "aquí y ahora" (este fue poco creíble, pero le quedó bonito, sí señor, jaja)...
Mis favoritos son los que se piensan que prometiéndote "algo más" van a follar más fácilmente... Vamos a ver, si a los dos nos apetece pasará, y si no, pues no. No es necesario montarse una película y decirte treinta veces que le prometas que no es un rollo de una noche para no volver a llamar jamás. Recuerdo uno muy cachondo que me decía que esa noche había venido a Zaragoza sólo por conocerme...jajaja! Decía que era el destino. ¡Qué bueno! El muy capullo había venido a un concierto de Héroes... ¿Realmente hay tías que se creen esas trolas? Porque digo yo que si ellos las sueltan será porque a veces les funciona... El chico no estaba mal, todo hay que decirlo, y no me hubiera importado, pero la cagó con tanta tontería...jaja.

Tampoco nos vamos a engañar. Está claro que de vez en cuando a tod@s nos gusta que nos regalen un poco el oído...pero en fin, que por lo menos suene creíble...
En realidad es ahí cuando surge el problema, las historias creíbles son las que más pueden herir, porque es cuando te confías y dejas de tener el control... Pero casi nunca son sólo de un sábado noche.

Y así, reflexionando sobre la credulidad, la incredulidad, las esperanzas y los desengaños, me pierdo en divagaciones que me llevan a opinar que, sinceramente, las cosas son más fáciles para los creyentes. Para las personas que piensan que todo en esta vida ocurre por alguna razón, porque hay un dios que así lo quiere y por algo será. Es más fácil saber a quien rogar, a quien culpar y sentir que puedes esperar una respuesta, una señal. Albergar esperanza por algo y no sentirte idiota por ello. Confiar en alguien más grande que uno mismo. Y por eso se dice que la fe mueve montañas...

Por suerte o por desgracia soy atea. Siempre lo he sido. Pero no pienso irme de Chipre sin darme un chapuzón en los baños de Afrodita. A ver si me despierta la fe...y lo que no es la fe, ¡jaja! Después de todo, le rindieron culto durante casi un milenio...por algo será, ¿no?

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